Desde que aprendió a leer salía siempre acompañada de un libro de su casa. Leía cuentos, novelas y si no había otras lecturas pendientes, miraba artículos de enciclopedias soviéticas que encontraba por casa. 

Su primer cuento lo publicó a los 11 años en un periódico de Odessa (Ucrania). 

Para ella lo más divertido del mundo es crear mundos de fantasía y si se relacionan con el costumbrismo y hábitos locales mejor que mejor. 

Es autora de El moco más rico del mundo y ¡Terremoto! (editorial Jaguar), La fábrica de turrón (editorial Corimbo), Corni, la unicornio que fue a la feria (editorial Everest), Una vacuna para la vaca (Azimut) y algunos cuentos con pictogramas para niños con TEL y TEA publicados por la editorial GEU.